Cuidar una planta de Chile Habanero
Ubicación
Las plantas de chile habanero crecen mejor en un lugar que tenga mucha luz solar. Si la luz solar directa es demasiado intenso, trata de ubicarlos en un lugar parcialmente sombreado. Además, la planta necesita temperaturas constantes entre 18 y 30 grados Celsius durante el día y la noche.
Riego
Recuerda regar regularmente esa planta de chile habanero. Debes mantener la tierra ligeramente húmeda, pero no saturada de agua. El exceso de humedad puede dañar la planta. Y si el suelo está demasiado seco, la planta no recibirá la cantidad necesaria de agua para crecer saludablemente.
Fertilización
La planta de Chile Habanero debe recibir una buena cantidad de fertilizante para su crecimiento. Para ello, debes aplicar un fertilizante diluido con agua una vez al mes. Puedes hacer la mezcla con abono nitrogenado, fosfato y potasio. Trata de no excederte con la cantidad de fertilizante para que el crecimiento sea saludable.
Otros cuidados
Aquí hay algunos puntos importantes a tener en cuenta para cuidar una planta de Chile Habanero:
- Corta las hojas muertas para mejorar la circulación de aire.
- Poda la planta para eliminar las ramas debilitadas o amarillentas.
- Evita los insectos dañinos colocando algunas hojas de tomillo o romero en la planta.
- Agrega un poco de tierra orgánica para mantener el suelo saludable.
- Gira la maceta de manera periódica para que la planta reciba todos los nutrientes por igual.
¿Cuánto tiempo dura una planta de chile habanero?
El chile habanero es una planta de ciclo anual, alcanza una altura de 1.5 m en suelo mecanizable y hasta 16 meses de vida. Se recomienda cosechar después de 10 meses para obtener los mejores frutos.
¿Qué necesita el chile habanero para crecer?
El cultivo de chile habanero demanda para su cultivo una cantidad de agua relativamente alta de entre 550 a 700 mm, sobre todo durante las etapas de floración, fructificación y llenado de fruto. Requiere una humedad relativa entre 65 a 80 %.
Cómo cuidar una planta de chile habanero
El habanero es una de las variedades de chiles más picantes que existen. Los habaneros suponen un placer para los amantes de picantes siempre que sus propiedades sean controladas. Si lo haces bien, tus habaneros crecerán, darán fruto y piedra.
Cómo cultivar una planta de habanero
- Sembrar: compra semillas de habanero de tu garden center local.
- Ubicación: Busca una ubicación soleada y ventilada para tu planta de habanero.
- Suelo: el suelo adecuado para la planta de habanero es un suelo rico en materia orgánica, con pH equilibrado, drenaje excelente y buena iluminación.
- Riego: la planta de habanero debe regarse cada dos a tres días en los meses de verano, y una vez a la semana el resto del año.
- Abonado: abonar la planta con abonos orgánicos cada 8-10 semanas.
- Cubrir: en el verano es recomendable cubrir la planta para evitar quemaduras por la luz solar directa.
Cómo recolectar y almacenar frutos
Es importante que se recojan los frutos solo cuando estén completamente maduros y firmes. Una vez recogidos, pueden almacenarse en un refrigerador por hasta tres meses V.
Cuidado de la planta de habanero
- Enfermedades: esta planta es vulnerable a enfermedades causadas por el exceso de humedad, como moho, oídio o antracnosis.
- Plagas: las plagas principales a las que es susceptible la planta de habanero son gusanos, pájaros, escarabajos, pulgones y áfidos.
- Cosecha de frutos: el fruto debe ser recolectado cuando esté completamente maduro para obtener la máxima calidad.
Los habaneros son una variedad de chile picante y deliciosa, que mantiene su sabor si se cultivan y almacenan correctamente. Asegúrate de leer los consejos anteriores para obtener los mejores resultados.
¿Cómo cuidar una planta de chiles en maceta?
Cuidados del chile Durante su período de crecimiento es importante mantener la planta bien regada y con el abono húmedo, pero sin dejar que se encharque para que las raíces no acaben por pudrirse. Del mismo modo, es necesario que se ubique la planta a pleno sol, sobre todo cuando están madurando los frutos. El riego no ha de ser abundante en invierno, seamos prudentes con el agua para evitar malas hierbas y para obtener frutos de buena calidad. Con el fin de asegurar que la planta no sufre de un exceso de humidificación, llegado el verano, es importante garantizar que la planta dispone de al menos 8 horas de luz solar. Un abono orgánico mezclado con la tierra (una vez por año) constituye una buena estrategia para alimentar la planta. Retirar algunas hojas y los frutos excesivos nos va a permitir un mayor crecimiento y al acabar el periodo de maduración es muy recomendable una podad convventivo.
Finalmente, es importante controlar las plagas para acabar con ellas de manera inmediata.