¿Qué es la dieta intermitente?
La dieta intermitente es una alternativa de alimentación basada en la disciplina de descanso alimenticio. Para seguirla, el principal paso es limitar en tu día a día el tiempo libre para comer, y elegir el periodo ideal para alimentarte, descansar y entrenar.
Beneficios de la dieta intermitente
- Promueve la pérdida de grasa. La dieta intermitente se asocia a una reducción de grasa corporal y al mantenimiento de un buen estado nutricional. Esto se debe, en parte, a que se reduce el tiempo destinado a la ingesta de alimentos.
- Mejora los niveles de glucosa en sangre. Reduciendo la ingesta de alimentos se consigue mejorar el control de la glucosa en sangre, lo que se traduce en una mayor prevención respecto a enfermedades crónicas del sistema endocrino.
- Favorece la sencillez durante la alimentación. Los protocolos utilizados en la dieta intermitente suelen ser simples de llevar a cabo, ya que suelen variar entre comer solo durante un periodo y completar el resto con ayunos.
Consejos para llevar una dieta intermitente
Para tener éxito con este tipo de alimentación, existen una serie de recomendaciones que suponen un buen punto de partida para conseguir la máxima productividad:
- Planificación de los días. Es importante que sepas en qué días vas a comer, cuándo vas a realizar los ayunos y qué alimento vas a consumir.
- Evita la ingesta de alimentos procesados. Para obtener mejores resultados, lo adecuado es consumir alimentos naturales y frescos.
- Respeta el calendario previsto. Para conseguir los mejores resultados, intenta cumplir con tus periodos de alimentación y ayunos para mantener un buen equilibrio.
- Consume alimentos variados. Aunque en la dieta intermitente no se especifique una dieta concreta, es recomendable seguir una buena alimentación y ingerir diversos nutrientes.
- Deja el azúcar. Durante la alimentación intermitente hay que minimizar el consumo de azúcar para optimizar los resultados.
¿Cómo es la dieta intermitente?
La dieta intermitente emplea un horario aleatorio para descansar alimenticiamente y alimentarse. Durante los días en que se come, se suele hacer, entre 4 y 8 horas al día, para, con ello, tener un periodo en el que el organismo no recibe ningún alimento, conocido como ayuno.
Puede variar en función de las necesidades de cada persona e incluso el tipo de estilos de alimentación intermitente pueden diferir. Algunos de los más conocidos son el ayuno de 16 horas, el ayuno de 20 horas, la dieta 5:2 (donde se come libremente 5 días por semana, con una restricción calórica durante los otros 2 días) o el método del Window Eating, con el que se permite comer durante un periodo de 8 horas diarias.
Por supuesto, antes de comenzar con cualquier tipo de alimentación siempre hay que consultar con un nutricionista para que te asesore de la mejor manera durante el proceso.
¿Cuántos días a la semana se puede hacer el ayuno intermitente?
Algunos expertos recomiendan comenzar con solo un par de días a la semana e ir allanando el camino, mientras que otros sugieren aumentar gradualmente el número de horas de ayuno de 12 a 14 hasta 18. Aquí puedes elegir el modelo que más se ajuste a tu salud y objetivos: 2 días a la semana, 5 días a la semana o incluso diariamente (en el caso del ayuno intermitente de 24 horas).
¿Qué se puede comer durante el ayuno intermitente?
Lo que sí se debe tener en cuenta siempre es que “el ayuno intermitente debe estar integrado dentro de una dieta equilibrada y variada, rica en fruta y verdura, cereales integrales, legumbres, frutos secos y proteína de origen vegetal y animal. Por lo tanto, durante el ayuno intermitente se deben mantener los cinco elementos de la alimentación los cuales son: verduras, cereales, proteínas, fruta y grasas.
Algunas recomendaciones de alimentos para comer durante el ayuno intermitente son:
-Verduras y hortalizas, como espinaca, acelga, repollo, brócoli, pimientos, esparragos, tomates, berenjenas, calabaza, ajos, etc.
-Cereales, como arroz integral, quinoa, avena, trigo sarraceno, amaranto, etc.
-Legumbres, como lentejas, garbanzos, alubias, etc.
-Frutos secos, como almendras, avellanas, pistachos, etc.
-Proteína de origen vegetal, como tempeh, tofu, seitán, etc.
-Proteína de origen animal, como carne, pescado, huevos, etc.
-Fruta fresca y deshidratada, como uvas, piña, pera, manzana, limón, arándanos, higos, etc.
-Grasas saludables, como aceite de oliva, aguacate, semillas y frutos secos.
Bebidas saludables como infusiones, agua, bebidas vegetales, etc.