Cómo cae la vejiga?
Cabe destacar que la caída de vejiga es una de las complicaciones de la enfermedad de vejiga neurógena. Esta enfermedad esuna afección en la que los nervios o los músculos del esfínter de la vejiga se debilitan, lo que provoca una falta de control en el vaciado de orina. La caída de vejiga es una complicación adicional que puede ocurrir.
Síntomas de la caída de vejiga
- Flujo de orina involuntario e incontrolable.
- Constantemente se siente la necesidad de orinar.
- Infecciones del tracto urinario recurrentes.
- Dolor o presión en el abdomen inferior.
- Dolor en el abdomen al orinar.
Tratamiento
La caída de vejiga generalmente se trata con cirugía para corregir el desequilibrio muscular. Algunos de los procedimientos que se pueden realizar son los siguientes:
- Reconstrucción del esfínter de la vejiga. La cirugía de reconstrucción del esfínter, a veces llamada «cirugía de restauración del esfínter uretral», suele ser el tratamiento preferido. El médico puede usar tejido de otros lugares del cuerpo para ayudar a reforzar la función del esfínter de la vejiga.
- Cirugía para enfilar el abdomen. Esta cirugía se lleva a cabo para reparar el desequilibrio muscular en el abdomen que puede conducir a la caída de vejiga. El cirujano puede usar tejido conectivo artificial para reemplazar los tejidos musculares dañados.
- Tratamiento con medicamentos. Los medicamentos como los antiespasmódicos y los inhibidores de la musculatura lisa ayudan a aliviar y controlar los síntomas de la caída de vejiga.
Los ejercicios, como los que suelen realizar los pacientes para fortalecer el suelo pélvico, también pueden contribuir a prevenir los episodios de caída de vejiga. Además, los profesionales médicos también recomiendan evitar factores como el stress, el consumo excesivo de líquidos, las bebidas alcohólicas y el uso excesivo del café.
¿Qué hacer cuando se tiene la vejiga caída?
Tratamiento Ejercicios para fortalecer los músculos del suelo pélvico. Estos ejercicios, a menudo llamados ejercicios de Kegel, ayudan a fortalecer los músculos del suelo pélvico, de modo que puedan sostener mejor la vejiga y otros órganos pélvicos, Un dispositivo de sostén (pesario) también se puede usar para ayudar a mantener la vejiga en su lugar. Esto se coloca en la vagina para sostener los órganos completos y mantenerlos firmes. Medidas de estilo de vida, como evitar levantar objetos pesados y beber menos líquido a última hora de la noche, también pueden resultar útiles. A algunas personas también se les puede recomendar cambios en los hábitos alimenticios, si hay una cantidad significativa de exceso de peso u obesidad. Otras personas pueden beneficiarse de un programa de ejercicios para perder peso personalizado. Si estos tratamientos no resultan con éxito, la cirugía puede ser una alternativa. El tipo de cirugía que se recomiende dependerá de la causa y la gravedad de la condición.
¿Qué es la vejiga caída y cómo se cura?
El cistocele es la caída de la vejiga debido a la debilitación de los músculos de la pelvis que la sujetan. Los músculos de la pelvis se encargan de sujetar la vejiga, que está separada del canal vaginal por una pared fibromuscular que en un momento dado y por diversas causas puede debilitarse.
La mejor forma de tratar un cistocele es mediante la cirugía (histerectomía con corrección del cistocele). Esta operación se lleva a cabo con anestesia general, aunque hay casos en los que sólo es necesario sedar al paciente para llevarla a cabo. La corrección quirúrgica conlleva reconstruir la pared anormalmente debilitada, suturar la vejiga a los órganos vecinos y/o establecer una malla de soporte para ayudar al mantenimiento de los órganos en su posición adecuada. Esta cirugía suele ser muy efectiva para devolver la vejiga a su ubicación normal y aliviar los síntomas provocados por el cistocele.
¿Cuáles son los síntomas de la vejiga caída?
Las señales y los síntomas de la incontinencia urinaria pueden incluir: escape de orina durante las actividades cotidianas, como levantar objetos, agacharse, toser o hacer ejercicio, sentir un impulso repentino y fuerte de orinar de inmediato, escape de orina sin previo aviso ni sentido de urgencia , sensación de plenitud en la vejiga o necesidad de orinar con frecuencia, especialmente durante la noche. Algunas personas también pueden tener dolor pélvico, hinchazón y sensibilidad en la región pélvica, dolor al orinar y (en algunos casos) molestias sexuales.