Consejos para elegir una tarjeta gráfica para tu PC
Comprar una tarjeta gráfica no es una tarea fácil, aparte de la cuestión obvia de cuánto estás dispuesto a gastar en la compra, hay una serie de otros parámetros que hay que determinar. Incluso si te has decidido por una GPU concreta, por ejemplo, RTX 2060 frente a GTX 1070, te encontrarás con un montón de modelos diferentes de al menos media docena de fabricantes. Estas tarjetas difieren en precio, características, garantías, etc. Entonces, ¿cómo se decide cuál es mejor?
Por desgracia, no existe una solución única que pueda satisfacer a todo el mundo, todo se reduce a las preferencias personales. Por ejemplo, utilizar una tarjeta gráfica económica es una opción viable… a menos que pienses jugar a juegos modernos con gráficos 3D.
En primer lugar, me gustaría recordar que la definición de unidad de procesamiento gráfico (GPU) se refiere al chip utilizado por una tarjeta gráfica, como la GeForce RTX 2070. La GPU, al procesar el vídeo, realiza las mismas funciones que la CPU, mientras que la propia tarjeta gráfica es similar a la placa base. Pero a diferencia de la compra de una placa base y una CPU, donde puedes elegir el chip por separado, la compra de una tarjeta gráfica sólo implica un «todo en uno»: placa, GPU, memoria y sistema de refrigeración.
Tamaño y conectividad
Se cree que cuanto más grande sea la tarjeta gráfica, mejor, pero esto no siempre es cierto. Aunque las tarjetas gráficas más grandes se refrigeran de forma más eficiente y son más silenciosas que las compactas, hay muchas carcasas de PC que sencillamente no pueden albergar algunas tarjetas gráficas más grandes. Por ejemplo, la línea de GPUs Zotac Amp Extreme es enorme, con tres ventiladores de 90 mm y un grueso disipador. Esta tarjeta gráfica ocupa hasta tres ranuras de expansión, ya que las dos adyacentes están bloqueadas por un refrigerador. Si sólo utilizas una tarjeta y tienes un chasis ATX grande, esto no es un problema, pero para construcciones micro-ATX o mini-ITX es claramente inadecuado.
Además del tamaño, el peso de la tarjeta gráfica es otro parámetro a tener en cuenta. Aunque un mayor peso es un indicador de una mejor refrigeración (ya que los disipadores de calor de cobre, que disipan el calor de forma más eficiente, pesan más que los de aluminio), una tarjeta pesada ejerce una tensión adicional sobre la ranura PCIe y, en casos extremos, puede incluso hacer que se doble el metal de la ranura de expansión de tu caja. Si tienes que trasladar tu ordenador, una tarjeta gráfica más ligera es una mejor opción. Como alternativa, puedes comprar un chasis que permita montar la tarjeta gráfica en vertical.
Siempre merece la pena comprobar si tienes las salidas de vídeo necesarias, sobre todo para los que piensan trabajar con dos monitores al mismo tiempo. Casi todas las tarjetas de vídeo tienen al menos un conector DisplayPort y otro HDMI, pero el resto depende del fabricante.
Igualmente importante es la cuestión del consumo de energía. Si quieres comprar una tarjeta gráfica que requiere dos conectores de 8 pines y tu fuente de alimentación sólo tiene uno, necesitarás una nueva fuente de alimentación. Esto no suele ser un problema, ya que incluso las fuentes de alimentación modestas de 500 W de hoy en día suelen tener dos conectores de 8 patillas, que serán suficientes para casi cualquier GPU moderna, pero puede ser un factor limitante si estás actualizando un PC antiguo que sólo tiene conectores de fuente de alimentación de 6 patillas. Por cierto, te aconsejamos encarecidamente que evites los adaptadores de Molex a conector de 6 pines, así como los de doble Molex a 6 y 8 pines.
Cuando no tiene sentido pagar de más
La mayoría de las tarjetas gráficas basadas en la misma GPU rinden más o menos lo mismo, con una diferencia de un pequeño rango, por lo que un modelo pregonado como ultra overclockeado puede ser sólo un 10% más rápido que una tarjeta gráfica de referencia. Si sólo hay un pequeño aumento de precio, está bien, pero cuando se trata de una diferencia de 100 dólares o más, es mejor conseguir una tarjeta con un nivel de GPU superior.
Velocidad del reloj, refrigeración y ruido
Muchos compradores prestan demasiada atención a la velocidad de reloj de la GPU. Pero, como ya se ha dicho, existe el overclocking de fábrica por el que pagamos de más. Por ejemplo, hay tarjetas GTX 1660 Ti overclockeadas que cuestan básicamente lo mismo que una RTX 2060. El problema es que la RTX 2060, incluso a la velocidad de reloj de referencia, casi siempre da más rendimiento que una GTX 1660 Ti overclockeada, ya que el overclocking no compensa el déficit de potencia y ancho de banda.
Los sistemas híbridos que cuentan con refrigeración líquida y un radiador externo con ventilador se han hecho muy populares en la actualidad. Son realmente excelentes en lo que hacen y además son más ligeros porque el disipador y el ventilador se montan directamente en la caja del PC. Sin embargo, este sistema de refrigeración sólo justifica la inversión en tarjetas gráficas de alto nivel, como la RTX 2080 o la 2080 Ti.
Las tarjetas gráficas modernas, con sus exigentes requisitos de refrigeración, pueden ser una fuente de ruido. Por lo tanto, es preferible tomar un sistema con tres refrigeradores pequeños en lugar de un refrigerador grande (y por lo tanto más ruidoso). Los sistemas de refrigeración por turbina son los más ruidosos, pero son ideales para quienes quieren construir un ordenador potente en una caja ITX compacta, ya que disipan bien el calor.
Garantía y servicio
La experiencia demuestra que las tarjetas gráficas de calidad de fabricantes reputados rara vez fallan durante los dos primeros años de uso, por lo que, aunque la garantía es importante, no debe sobrevalorarse. En cuanto al servicio, sigue mereciendo la pena leer los comentarios sobre el fabricante: la rapidez con la que se repara o sustituye la tarjeta de vídeo, dónde están los centros de servicio, etc.
Diseño e iluminación
Sólo tiene sentido prestar atención a la apariencia del acelerador gráfico si piensas instalarlo en una carcasa con una cubierta lateral transparente. Hoy en día hay bastantes tarjetas gráficas con retroiluminación RGB que pueden quedar muy bien en una carcasa como ésta, sobre todo si la iluminación hace juego con la placa base y los demás componentes. Algunos de ellos tienen la capacidad de ajustar el color, para lo cual se suministra un software especial.