¿Cómo convertir un gas en líquido y luego en sólido?
Aunque muchos pensarán que es imposible convertir un gas en líquido y luego en sólido, el proceso es más simple de lo que parece. En esta guía se explicarán los pasos necesarios para lograr este fin.
1. Reducción de presión
Lo primero que debemos hacer para convertir un gas en un líquido es reducir la presión. La presión es la fuerza que ejerce el gas sobre su contenedor. La presión puede reducirse al abrir la válvula de sobre el recipiente o añadiendo un condensador. Al reducir la presión, el gas se enfriará, de este modo se convertirá en líquido.
2. Enfriamiento
Para convertir un líquido en un sólido se necesita enfriar aún más el gas. Esto se puede lograr utilizando un refrigerador especial. El refrigerador se conectará al recipiente en el que se encuentra el líquido y se encargará de reducir la temperatura. El líquido se enfriará hasta un punto en el que se convertirá en un sólido.
3. Almacenamiento
Por último, se deben almacenar correctamente tanto el líquido como el sólido. El líquido debe almacenarse en un recipiente cerrado para evitar su evaporación. El sólido se puede almacenar en recipientes aislados, para evitar que vuelva a ser un líquido.
¿Cómo convertir un gas en un líquido y luego en un sólido?
- Reducir la presión del gas.
- Enfriarlo con un refrigerador.
- Almacenarlo correctamente.
¡Y eso es todo! Ahora que ya sabemos cómo convertir un gas en un líquido y luego en un sólido, ¡podemos practicar estos pasos para que sean perfectos!
¿Cómo se convierte gas a sólido?
La cristalización o sublimación inversa (regresiva) es el cambio de la materia del estado gaseoso al estado sólido de manera directa, es decir, sin pasar por el estado líquido. En la solidificación se produce el cambio de estado de la materia de líquido a sólido, debido a una disminución en la temperatura. La solidificación (cristalización) requiere calentar el gas hasta su punto de ebullición, para posteriormente reducir la temperatura hasta el punto en que la materia se solidifica. La temperatura a la que ocurre este proceso determina el tipo de cristal que se obtiene.
¿Cómo se puede transformar un gas en líquido?
Para convertir el gas natural en líquido, se enfría el gas tratado hasta aproximadamente -161 °C, que es la temperatura a la cual el metano —su componente principal— se convierte a forma líquida. El gas debe ser comprimido a una presión entre 8 y 11 veces la presión atmosférica para alcanzar su punto de ebullición. La compresión es el segundo paso clave para la condensación del gas natural. La compresión del gas se realiza en etapas, y cada una de ellas reduce la presión del gas hasta alcanzar la temperatura de condensación. Esta forma de condensación es comúnmente conocida como condensación por enfriamiento.
Después de pasar por el proceso de condensación, el gas natural líquido es enviado a las plantas de procesamiento para ser refinado y convertirse en los combustibles que usamos. Estos combustibles incluyen biocombustibles, hidrocarburos líquidos y sólidos, entre otros.
Cómo podríamos convertir un gas en líquido y este en sólido
Los gases, líquidos y sólidos son estados diferentes de la materia, los cuales pueden convertirse uno a otro sometiéndolos a cambios en la temperatura y/o presión. En este artículo, vamos a discutir cómo convertir un gas en líquido y luego en un sólido.
Convertir un gas en líquido
- Aumentar la presión: Incrementar la presión en un gas incrementa la densidad y permite que las moléculas del gas estén más cerca unas de otras, lo cual hace que el gas comience a condensarse. Esto se conoce como condensación y puede convertir un gas en un líquido.
- Disminuir la temperatura: Cuando enfrias un gas, la temperatura desciende pero la presión se mantiene. Disminuir la temperatura lleva a la condensación y puede convertir un gas en un líquido.
Convertir un líquido en sólido
- Disminuir la presión: Cuando la presión de un líquido es disminuida, algunas de las partículas del líquido comienzan a congelarse. Esto se conoce como sublimación y puede convertir un líquido en un sólido.
- Aumentar la temperatura: Aumentar la temperatura a su punto de fusión causa que el líquido comienza a solidificarse. Esto se conoce como solidificación y puede convertir un líquido en un sólido.
En resumen, para convertir un gas en líquido se deben aumentar la presión y/o reducir la temperatura. Mientras que para convertir un líquido en sólido, se deben disminuir la presión y/o aumentar la temperatura al punto de fusión.